El mundo necesita de más verdades

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La cuestión es escoger el lado por el que queremos observar

martes, 13 de abril de 2010

“UN CENTAURO EN PRISIÓN”
De niña a mujer
Muchas veces, el ser humano no mide las consecuencias de sus actos, y en la familia Toro Cáceres prevaleció el “Qué dirán” de aquellos que los rodeaban

Wendy Lizeth Casallas Moreno

24 de Agosto, 2007

“Estas son las mañanitas, que cantaba el rey David, a las muchachas bonitas se las cantamos aquí, despierta mi bien, despierta, mira que ya amaneció, ya los pajaritos cantan la luna ya se metió…”

Al mejor estilo llanero, fue este el coro que despertó a Johana a las 7:30 de la mañana, era el día de sus quince años; Ignacio Toro, su padre, armado de un tiple y en el arpa Arnulfo, el administrador de la hacienda, se ubicaron en la puerta de la habitación cantando afinados y llenos de sentimiento, como cualquier llanero lo haría. Johana, o como le dice su padre desde siempre “la nana” se levantó de su cama doble y acolchada, con tendidos de color rosa y morado y con madera de pinos exportados del Brasil y con esa sonrisa en su rostro que nadie había logrado arrebatarle, escuchando a su padre y a “tío nulfo”, como ella le dice; comenzaría el principio de su final. Como todas las mañanas, tomó el único recuerdo físico que tiene de su madre; un retrato con esos ojos oscuros pero brillantes, piel morena y ese cabello lacio que a Johana le quedaría como única herencia de su madre, y en un gesto de inocencia y del más sincero cariño le pide la bendición, pero a excepción de otros días, le pide “que hoy sea inolvidable” y por supuesto, que no la deje sola.

9:45 de la mañana, llegan las manicuristas a la hacienda, las mejores del sector, por supuesto, el peluquero de toda la vida, quien se encargaría de hacer casi toda una obra con su cabello y las maquilladoras, que resaltarían el ángel que Johana llevaba dentro y se toman las últimas medidas de los vestidos que luciría esa noche, Ignacio y Arnulfo, se encargaron de ultimar todos esos detalles que harían de estos “los mejores quince años de todo el llano”, meseros contratados, el banquete listo, las flores arregladas y los invitados confirmados, y la sorpresa que remataría con broche de oro los quince años de su hija; el mejor grupo llanero de toda la región. Toda la tarde, Johana estuvo ansiosa, y en medio de risas, llamadas, fotos y recuerdos comenzó a ponerse nerviosa, porque no sabría todo lo que vendría a partir de ese momento.

8:00 de la noche, es la hora a la que fueron citados los invitados, amigos de Johana, maestros, vecinos, y por supuesto, los amigos más exclusivos de la familia quienes incondicionalmente asistieron a este peculiar banquete de la mejor mamona “mamona” y la más exquisita “carne a la llanera” en medio del gigante jardín ubicado atrás de la casa, solo por esa noche, lleno de velas, comida, meseros, y aromas deliciosos que se mezclaban con ese olor único que tiene el llano.
11 de la noche, en el fondo un arpa, maracas y tiple, dándole el toque llanero a la pieza más tradicional de los quince años; el valls, primero fueron papá y el “tío nulfo”, luego primos, amigos y otros tantos asistentes, quince hombres, cada uno con una rosa roja, y aunque son flores sencillas, “Don Ingnacio”, como se hacía llamar por toda la sociedad, se encargó de que fueran las más finas y costosas.


“Don Ingnacio” preocupado y nervioso, por la demora de su grupo llanero “Los Centauros” le pidió a nulfo que llamara, nulfo angustiado, obedeció la orden del “patrón”, como toda la vida le llamó y la única respuesta que le dieron, fue que en quince minutos “Los Centauros” estaría en la fiesta de quince años de Johana, en el jardín de la hacienda.

25 de Agosto, 2007 12:30 de la madrugada…

“Donde está el aplauso para la cumpleañera” Pregunta el vocalista de la agrupación. Los asistentes aplauden, Johana, se ubica en frente de todos ellos, no sólo por sentirse bonita e importante, si no porque son sus quince años.

“En tu cumpleaños hoy vengo a felicitarte, como no puedo regalarte, pero le pido a mi Dios, que el próximo año pueda venir a cantarte y de corazón gritarte mi gran felicitación.
Cantan los gallos en mi llano, palpitan, porque vienen a anunciarte que vendrá un tiempo mejor…”

Los invitados, por supuesto, alegres con “Los Centauros” en casa, piden una canción tras otra, y en medio del festejo y la alegría uno de ellos se hace dueño del micrófono y se acerca a cantarle a Johana… “Que lindo rostro que tiene usted señorita esa mirada deslumbra sorprende incita a besar su boca linda cumpleañera que dios la bendiga…” Y ella en ese joven se fijó.

Los invitados, se despidieron y se fueron marchando uno a uno, y este “Centauro”, con una rosa de las mismas del valls y un papel arrugado pero limpio, se dirigió hacia Johana, nerviosa y con el corazón en la mano, una rosa y el teléfono del “Centauro” recibió.

13 de Octubre, 2007

A escondidas de su padre y con la complicidad de nadie, Johana y Pablo, “el centauro” comenzaron un romance, que iría creciendo sin medida, los testigos de su amor no eran más que los rincones más recónditos del llano, los ríos más solitarios y las haciendas más viejas y abandonadas.

19 de Diciembre, 2007

En vísperas de navidad Ignacio y “el tío nulfo” harían un viaje, para traer de la capital a su abuela y a su tía, se marcharían en horas de la madrugada, y la casa, no quedaba en otras manos que fueran las de Johana, ella sin dudarlo un solo instante, le contó a “su centauro” que en la hacienda se quedaría sola y sin nadie, y él feliz, sin malas intenciones, se ofreció a hacerle compañía.

9:00 de la noche, Juan, su “centauro” llegaba por fin de haber trabajado, y con un ramo de rosas, aunque no de las más finas, esa noche, su cuerpo y su alma conquistó, y en la misma cama, doble y de pinos brasileños y tendidos color rosa, sin más testigos que el retrato de su madre, ese amor se consumó.

24 de Febrero, 2008

El año nuevo pasado por mareos, vómitos y caras pálidas, Johana se dio cuenta que algo en su vientre crecía, ese día con la prueba de embarazo, que al igual que su romance consiguió a escondidas, pudo confirmar que en su interior, nacía un “centaurito”, fruto de su gran amor.

El padre preocupado, notando tantos cambios en su mujercita, sin rodeos, y valiente, como un hombre digno de su llano, le preguntó a “la nana”…

¿Quién te embarazó?

Ella, pasando saliva, le respondió:

“el hombre que amo aquel cantante de folklor mi gran amor”

Furioso y confundido, Don Ignacio contestó:

“Yo no permito que traigas un hijo, que va a decir la alta sociedad si no te has casado”

“Don Ignacio”, en medio de afanes y con la desaprobación del “tío nulfo” obligó a Johana a desistir de la idea de ser mamá, y antes de que su vientre se extendiera, y que la sociedad se diera cuenta, “Don Ignacio” decidió que sería mejor abortar.

28 de Febrero, 2008

“Don Ingnacio” y “tío nulfo” esperan noticias en la sala de urgencias, el aborto se había complicado y tuvieron que llevar a Johana a un hospital.

Con el rostro seco y frío, sale el médico, se acerca a los dos hombres, y afirmándoles que no se pudo hacer nada para salvarla, les dio el sentido pésame.

15 de Marzo, 2008

Luego de falsas demandas por parte de “Don Ingnacio”, culpando del planeamiento del aborto a Juan, y luego de que el dinero estuviera a su favor, el juez encontró culpable a “centauro”, sin pruebas y sin argumentos, un centauro se fue a la cárcel.

28 de Abril, 2009

La hacienda de los Toro, ya no ha vuelto a ser la misma, le falta esa risa de “la nana”, paseando y corriendo por esa llanura verde, montando sus caballos y jugando con sus perros, “Don Ignacio se encuentra frente a la tumba de Johana, sepultada al lado de los restos de su madre, triste y adolorido, les pide perdón a las dos, le habla muy suave a la tumba de su esposa, como si Johana le pudiese escuchar, “No fue mi intención, pero ahora no vas a estar sola”, le dice con lágrimas en los ojos y el corazón en moronas, luego se acerca a la tumba de su “nana” y le dice: “Si todo el dinero que tengo, me pudiera regresarlas, lo daría todo para que se queden junto a mí”.

Mientras Juan, “El Centauro”, se lamenta en su celda, fría y solitaria de haber conquistado a aquella hermosa quinceañera, con el cargo de conciencia de no haber podido hacer nada por ella, porque según él, “ni su padre ni el dinero jamás se lo permitió”.

1 comentario:

  1. Una historia que es muy detallada, se comvierte más en un diario, por solo las fechas de cada parrafo,me gusto, como dije antes sus detalles, hace volar la imaginación. buena redacción pero como dijo un personaje que casi 24 o mas conocemos, una cronica un poco extensa que quizá cansa al lector,pero creeme que en esta no pasó...

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